jueves, 13 de septiembre de 2007

ENSAYO DE DETRACCIÓN A JUAN CARLOS SCELZA (1)

detraer.

(Del lat. detrahĕre).

1. tr. Restar, sustraer, apartar o desviar. U. t. c. prnl.

2. tr. Infamar, denigrar la honra ajena en la conversación o por escrito.




Teniendo en consideración la oportunidad que me brinda este prestigioso blog, no puedo dejarla pasar, y heme aquí entonces manos a la obra en pos de la anhelada realización de esta DETRACCIÓN a la merecidamente denostada figura de JUAN CARLOS SCELZA. En estos momentos, y en vistas a la tarea antedicha, un complejo solapamiento de sentimientos habitan mi espíritu; por un lado la exaltación y la euforia provocada por la concreción de tan esperado acontecimiento hinchan mi humor y expanden mi persona…….pero por otro lado soy conciente de la delicada responsabilidad que recae sobre estos humildes dedos que golpean el teclado. Muchos de nosotros querrían estar, infiero, en este momento, en los abultados zapatos de un servidor, y poder liberarse en epítetos, juramentos y maldiciones, hasta descarnar la odiada figura que nos ocupa, sabiendo que del otro lado habrá comprensivos espíritus que recibirán estas humildes líneas, en el consenso o el disenso, y que, por esta vez, las palabras no tendrán al viento como destinatario.
Es, por tanto, dura la tarea que me espera. Mente fría y ordenada es necesaria para poder encausar las palabras. Corazón caliente y pasión despiadada serán el fuego que las alimenten. Ustedes serán los que juzguen si he de estar a la altura de las finas circunstancias.
Sabido es que las figuras públicas son destino del mas amplio abanico de opiniones, sean estas justificadas o prejuiciosas, justas o injustas, apresuradas o caviladas. El mas corriente de los casos es cuando un determinado personaje suscita tanto detractores como adeptos. Había y hay quienes adhieren a Hitler, Mussolini y Stalin. Algunos colorados quieren a Sanguinetti, algunos blancos a Lacalle, algunos frentistas a Vázquez. Incluso hay a quienes les despierta simpatía Mirtha Legrand de Tinayre (mi viejita, sin ir mas lejos).
Yo digo, no puede ser¡¡¡. Pero luego me pregunto, no puede ser??. Sí. Me respondo. Las mas diferentes constituciones personales que existen nos llevan a apreciar de manera diversa el mundo que nos rodea y abrir las mas diversas opiniones. Viene todo esto, a cuento de qué, se dirá usté.
Existe un personaje que, a través de la historia, parece ser el único que ha permanecido inmune a tal variedad de opiniones y apreciaciones. He aquí donde aparece entonces nuestro Maquiavelo del periodismo deportivo, nuestro Rasputín de los medios de comunicación. Juan Carlos Scelza tiene el despreciable deshonor de reunir el más amplio, universal y unánime odio y rechazo, que yo conozca. Y es que estas humildes líneas no están motivadas por un odio personal maldiciente, sino por una voz que tiene el engreído convencimiento de ser la voz que trasmite el sentir de mucha gente ( de todos?). Cuántos otros personajes han sido, en opinión de uno (sino de muchos), mas despreciables, malignos y perjudiciales? Muchísimos, sin duda. Pero todas, absolutamente todas las personas que yo conozca, que alguna vez hayan abierto una opinión sobre Juan Carlos, que se hayan encontrado en sus miserables vidas con los comentarios de J.C., han abierto sus bocas solo para ofenderlo, denostarlo y ultrajarlo de las mil y una forma que la lengua española lo permite. Incluso ha sido insultado en más de 15 lenguas extranjeras. Quiere alguien a Scelza acaso? Lo quiere su esposa? Lo quiere su madre? Lo quiere Rodrigo Romano? Dudaría de la honestidad de palabras de alabanza para con Juan Carlos.
Yo pregunto. Debe quedar tanto encono y tanta inquina general, sumida en la oscuridad del comentario privado??? No nos merecemos acaso la elevación pública de nuestra abominación??? Con estas líneas tomo para mí, en forma humilde, sí, pero valiente y decidida también, el papel de Charles Bronson de la comunión de televidentes futbolers, tristes víctimas del scelzanismo. Y que valgan estas palabras no solo como enunciación o proclama de nuestra execración. Que tomen también valor de anatema. Maldito seas, Juan Carlos Scelza.
En este primer artículo, ha quedado planteado el meollo del asunto. En uno próximo, si la tan distinguida figura del bloger así lo quiere, me extenderé sobre las causas que, creo, justifican el aborrecimiento vertido sobre tan despreciable personaje. Son bienvenidos los comentarios, observaciones y apuntes que quieran realizar.
He dicho

Firma: reservoir dog

3 comentarios:

espectaculos dijo...

che no puedo aceptar tlc porque tengo demasiados y no me da el tiempo para seguir , no es porq no quiera mil disculpas

-maxi- dijo...

hola dale acepto el tlc y muy buena la encuesta para mi garcia pintos saludos

silvia dijo...

Yo también odio a este imbécil,y no puedo decir con certeza si odio más a Romano,pero los dos son despreciables.

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